sábado, 16 de agosto de 2008

Un sábado en el 12 C

Dos menos cuarto, noche de sábado, una canción triste suena de fondo, aunque por momentos abanona su condición de acordes lejanos y la atención se centra en su sonido. La cortina galopa en un movimiento salvaje, entrando y saliendo por la ventana del piso 12. Hace frío, pero tus ganas jamás se levantarán a cerrarla para acabar con aquella horrible sensación que corre por tu espalda. Una de tus manos yace congelada a un costado de tu cuerpo, la otra, de una temperatura anormal pero humana estruja un pedazo de papel. Dentro de él hay unas pocas y breves oraciones, y aún así cargan una infinita significación para vos. Hoy sabés que la historia que se pierde entre sus líneas no será contada, ni volverá a repetirse; lo que guardan sus letras es secreto: sólo se lo confiarás a tu almohada y entre sueños.