lunes, 15 de marzo de 2010

Mensajes al aire.

Tu silencio es un bicho que me pica y se llama paranoia. Tu silencio vale más que los anteriores, porque me importa. Te llamás al silencio y yo que no entiendo, no voy a mentir. Me mata, un poco, y escucho un crac en el umbral de las doce. Porque vos no te das una idea lo distinto; no soy de las que piensan: bueno capaz que, o es probable que, o mañana tal vez. Para mí es fatídico: es un chau, sin ruido, sin nada. Me lo dice tu silencio. Me lo dice el jugo que me sube desde el estómago. Es el ácido. Son las paredes de mi esofago prendido fuego. Pero vos no me debes nada. Esa es la peor parte. No soy nada, y vos tampoco. Fuimos palabras una vez, nombres, apodos e invenciones. Pero nada hoy. Odio esto. No me planteo un qué cosas son reales. Están ahí, y las palpo. Son. Y punto. Me duele, y se siente estúpido. Ahora,genial. Empañé el vidrio de mis anteojos.

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