miércoles, 26 de marzo de 2008

Claridad del pujante abril


Poco a poco voy empujando los límites de mi ciudad interna. Las paredes van a caer. Y yo voy a mantenerme en pie.
Volver a respirar sin nudos.
Resurgir de la niebla.
Desactivar la furia.
Alejar los pies del abismo.
Acercar a los que quiero.
Vivir sin miedo.
Gritar sin pudor.
Reir hasta que duela.
Sonreir sin motivo.
Tolerar a la del espejo.
Respetar lo distinto.
Salir más seguido.
Escribir lo que pienso.
Comunicar las emociones.
Abrazar sin razones.
Vivir, librar, ser, amar, aprender, aprehender, dejar morir, reir, llorar, caer, levantarse, sonreir, volver, expresar, vivir, librar, ser. Y no volver a caer.

Despierta incertidumbre


Cada semana es un mundo nuevo. Despertar un lunes es como abrir la puerta de una habitación a oscuras, y a cada paso que damos una luz se prende a nuestro costado, sólo aclarando el momento, y dejando ver apenas un poco qué es lo que hay adelante y a veces ni siquiera es ver, sino deducir, adivinar.
Se nos presentan infinitas posibilidades. Empezar de cero, sin olvidar lo vivido, manteniendo frescos principios e ideas básicas, volver al punto dónde todo comenzó, en el que los caminos se abrieron. Esta vez, elegir distinto. Saltar de lleno a un futuro incierto, y ahora sí, hacerlo sin miedo.

sábado, 1 de marzo de 2008

Conocerte

El día que te conocí se rompieron todas mis estrucuturas. El orden al que estaba acostumbrada,mutó en un divino caos, tan extremo que acabó por fascinarme, y quedé prendida a él. El día que te conocí perdí la noción del tiempo, dejé de usar reloj y mi premiada puntualidad pasó a ser un simple recuerdo. El día que te conocí dejé de preguntarme por el sentido de la vida porque sentí que con vos no necesitaba saber nada más, que no hacían falta explicaciones ni retóricas confusas. El día que te conocí aprendí a amar las cosas simples, los gestos pequeños y lo que se esconde detrás de ellos. El día que te conocí, los castillos se deshicieron en el aire, cesaron las guerras, y el mundo fue mío por un rato. El día que te conocí el cielo se tornó rojo, las nubes escaparon de él y me encontré inmersa en una realidad llena de color. El día que te conocí, entendí de qué hablaban aquellos libros y qué era lo que volvía locas a tantas personas. El día que te conocí, se prendió una luz en mí que aún hoy sigue encendida, y se abrieron puertas que te encargaste de mantener abiertas. Nuestras primeras palabras fueron torpes, infantiles, inocentes, adorables. Segundos más tarde, evolucionaron en un diálogo digno de novela: impredecible, cómico, brillante. Dejamos atrás los segundos, los minutos, las horas. Hicimos a un lado nuestros horarios y compromisos; ignoramos las llamadas entrantes y dejamos que se volvieran parte de los ruidos urbanos. La noche nos envolvió, nos devoró, y nos liberó a la mañana. Hablamos sin parar, y al salir el sol, decidimos descansar en el silencio. Entonces, me miraste a los ojos, derribaste el muro que bloqueaba el acceso, y llegaste hasta el fondo de mi alma. Dejé que tus brazos me acercaran a vos, y mis labios rozaron con los tuyos. Tuve que mirar al suelo para comprobar que no estábamos volando. Después del primer beso no quise volver a dormir,ni a comer, ni a despegarme de tu lado, quise llevarte conmigo siempre.
Pasó tiempo ya, desde aquella tarde en la que nos conocimos, pero el recuerdo sigue vivo, infinitamente despierto. No puedo más que agradecerte por los años compartidos, por tenerte aún hoy a mi lado, porenseñarme tanto y ayudarme a descubrir aquello que nunca creí que podría experimentar. Me conocés mejorque muchos, y por ello me resultan inútiles las excusas o la actuación, y es que cuando estoy con vos,pierdo mi capacidad de disimular. Así que sin vueltas ni orgullo te digo lo que siento, aunque ya lo sabés,y para un futuro guardo algunas cosas más, que indudablemente, van a perderse entre las sabanas.