miércoles, 9 de julio de 2008

Cortina húmeda


La inmensa tela celeste que durante el día flota sobre nuestras cabezas hoy parecería haberse borrado del mapa ¿A dónde escapó el cielo? ¿Qué es esta manta oscura y gris que en vez de abrigar, enfría?
Comienzan a caer gotas, alguien llora nuestros errores desde arriba. Las calles se desbordan de paraguas, el ritmo se vuelve más veloz: de pronto todo el mundo está apurado. Aumenta el ruido: estallan bocinas y relámpagos; también crecen los nervios y el humor se torna más sensible. Las personas se alteran, aviolentan e intentan huir. Retornar a lo primitivo, se dejan dominar por sus instintos básicos y vencidos por la individualidad, empujan, atropellan, y sin volver para mirar, continúan su camino ¿Qué nos pasa? Después de tantas lluvias en la experiencia, ¿no nos deberíamos haber acostumbrado ya?

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